Berserker
Decimator
Juggernaut
Mad Dog
Marauder
Rager
Spriggan
Beast 09
Conquest
Victor
Bombarderos Man-O-Wars
Cuerpos de Demolición Man-O-Wars
Kovnik Man-O-War
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KOMANDANTE ANDREI MALAKOV
Cuando Malakov completó con éxito su misión rastovik de entrenamiento, llevando a los primeros Conquests hasta las líneas del frente, fue colocado bajo el mando del komandante supremo Gurvaldt Irusk. Algunos creen que Malakov usó su amistad con el gran príncipe Levanid Trevanik para arreglar este puesto. Malakov ganó experiencia de combate en varias batallas grandes contra Cygnar antes que Khador se retirara del bosque del Espino y, más recientemente, contra la Resistencia llaelesa. El joven hechicero de guerra no busca solo emular, sino superar a Irusk, desarrollando su propia doctrina agresiva.
Aunque Malakov no ha sido formalmente reprendido por el Alto mando, sus métodos han atraído el escrutinio y las críticas de sus compañeros oficiales. En vez de centrarse en mejorar sus relaciones con aquellos que no aprueban sus tácticas, Malakov se ha rodeado de subordinados ambiciosos de familias influyentes que están dispuestos a ganarse su favor. No está claro si Malakov se da cuenta o si le importa que la moral de sus soldados siga mermándose. Aunque algunos se han adaptado a su acercamiento a la guerra y admiran su determinación, muchos otros han pedido su traslado, incrementando su dudosa reputación.
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BEAST 09
Cuando se abre camino entre los árboles con el sonido de los chasquidos de la madera al reventar su presa ya sabe que se acerca un monstruo. Éste es el descomunal Juggernaut llamado Beast 09. Hasta su postura recuerda a un animal amenazante. El siervo solo se vuelve dócil cuando Sorscha Kratikoff le invoca a su lado, y en las batallas busca su aprobación.
Beast fue montado en el complejo Rigevnya en el 600 AR. Fue enviado al sur en tren a uno de los muchos depósitos de suministros, como incontables otros de su mismo diseño, y pronto fue asignado a la komandante Sorscha Kratikoff. Fiel a su pragmatismo, Sorscha dio al siervo de guerra un número de identificación basado en el orden de asignación a su mando. Sigue llevando la designación "09" a pesar de que ha durado mucho más que aquellos que llegaron antes que él.
Sorscha descubrió que Beast era un luchador tenaz y le mantuvo muchos años en primera línea del frente. El intenso crisol de la guerra constante ha puesto a prueba los límites del siervo de guerra y le ha permitido desarrollar algunos instintos de lucha. Beast se distingue por algo más que por la mera supervivencia. Posee una astucia en batalla que le hace parecer vivo y, a veces, Beast actúa por iniciativa propia en vez de depender únicamente de las órdenes de su ama.
Por ejemplo, durante la Guerra en Llael, mientras que Sorscha estaba luchando en el exterior de la asediada Merywyn, la komandante se vio empujada al interior de un desfiladero por un contraataque cygnariano y aislada del núcleo de su mando. Había mandado a Beast a repostar y reabastecerse pero éste se había quedado cerca, en contra de su directiva, quizás al haber visto el humo que emitían los enemigos que se aproximaban. A pesar de su escasez de combustible el siervo de guerra se volvió a unir a Sorscha justo cuando ésta fue trabada. Sorscha usó su llegada repentina para cambiar las tornas de la batalla, muy consciente de que tenía su suministro de combustible casi agotado y del tiempo tan limitado que tenían. Con su última gota de vapor el siervo cargó para interceptar al enemigo, blandiendo su hacha en amplios arcos. Sorscha vio como la voluntad de los defensores se derrumbaba y cedía justo cuando Beast se quedó seco. Sin darse cuenta de que el siervo estaba agotado, el enemigo huyó del campo de batalla.
Para maximizar todo el potencial de la máquina, Sorscha requirió una revisión extensa de su armamento y del diseño de sus motores una vez que la emperatriz declaró que la conquista de Llael estaba completa. Equipado con un motor enorme, calderas similares a las utilizadas por los Kodiaks y un hacha mejorada llamada Rompehielos, Beast siempre está listo para luchar junto a su ama. Por su parte, tras años de confiar en la máquina, la habitualmente práctica Sorscha habla de ella con un cariño genuino.
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