La captura de Merywyn por el general de komando Gurvaldt Irusk marcaría el final de la Guerra llaelesa y un triunfo singular para Khador. El asedio de la capital había sido largo y tenso, pero el asalto final fue ejecutado con eficiencia. Los defensores llaeleses, a pesar de ser valerosos y feroces, demostraron ser incapaces de prevenir una incursión cuando sus aliados cygnarianos se retiraron de la ciudad.
Khador confió en un asalto simultáneo en tres frentes que esparció y dividió con eficiencia a los defensores de la ciudad. La velocidad con la que la guardia del invierno y los piqueros colmillos de hierro tomaron las carreteras principales de la ciudad y avanzaron sobre los distritos más ricos minaron la voluntad de resistir de aquellos gobernantes nobles que se habían retirado a sus haciendas. El 12 de rowen, el primer ministro Deyar Glabryn les ofreció rápidamente la rendición completa del gobierno llaelés y muchos de sus iguales se le unieron, prometiendo cooperar y deponer las armas.
A quienes algunos olvidaron en los siguientes años fue al gran número de nobles que no se doblegaron y continuaron desafiantes. De hecho, se propagó un considerable malestar sobre lo rápido que el primer ministro se había rendido. A muchos esto les pareció un acto de cobardía. Aquellos que vivían fuera de Merywyn e, incluso, en los distritos más exteriores de la ciudad, habían afrontado numerosas adversidades y habían sufrido durante semanas a manos de los invasores, y siguieron combatiendo. Parecía que la aristocracia de Merywyn se había rendido en el mismo instante en el que botas khadoranas pisaron las calles de sus vecinos.
Más tarde se revelaría que Deyar Glabryn estaba muy involucrado con la invasión y había pavimentado la toma khadorana de Llael. Durante al menos cinco años había estado en contacto con agentes del Alto mando y con el ministerio del gran visir Blaustavya. Estos le habían persuadido de que la conquista de Llael era inevitable y que su única esperanza de preservar vidas era cooperar.
Glabryn no solo le dio inteligencia vital al Alto mando sino que trabajó activamente para minar las defensas de Llael. Bajo su influencia, el presupuesto del ejército fue terriblemente reducido y muchos soldados fueron reasignados lejos de las fortificaciones occidentales. Su presión convenció a muchos de los nobles de Llael de que el coste de mantener un gran ejército permanente gravaba la economía y era innecesario siempre y cuando pudiesen confiar en el apoyo de Cygnar.
De hecho, también hizo lo que pudo para convencer a los generales cygnarianos de que el mantenimiento de sus soldados en Llael estaba creando una gran carga monetaria a sus anfitriones. Que Glabryn estaba al tanto de la invasión quedó demostrado a los ojos de muchos cuando, unos días antes de la invasión, mandó a su esposa y a su hija mayor en misión diplomática a Caspia. Allí esperarían seguras el final de la guerra.
La traición de Glabryn contrastaba con las acciones de docenas de otros nobles que demostraron su disposición a luchar y morir para defender Llael. Tras la rendición de Merywyn treinta y siete miembros de la élite del reino siguieron desafiando a sus conquistadores. Fueron encarcelados, juzgados por Irusk y sus oficiales, y ejecutados como ejemplo de lo que le pasaría a cualquiera que no obedeciese.
No todos los nobles o plebeyos que rechazaron aceptar el gobierno khadorano sufrieron encarcelamiento y ejecución, ni se quedaron en Merywyn. Muchos se fueron al este de Rhydden, donde se reagruparon e iniciaron la Resistencia llaelesa. En todas las ciudades ocupadas persistieron bolsas de resistencia, y esos grupos empezaron a comunicarse entre sí y a coordinarse. Dentro de ellos había soldados cygnarianos que se quedaron en Llael a pesar de las ordenes de retirarse. Todos ellos juraron recordar a aquellos ejecutados tras la rendición traicionera del primer ministro de Llael, del cual se rumoreaba que había ayudado a recopilar una lista con sus nombres para Irusk. La hechicera de guerra Ashlynn d'Elyse se alzaría para liderar la Resistencia llaelesa después de que su vida cambiase irrevocablemente en el mes de rowen del 605 AR.
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