Como puede que algunos de vosotros ya sepáis, estoy escribiendo el último libro de la trilogía Acts of War, y difiere un poco respecto a los dos otros libros anteriores en tanto a la forma en la que lo estoy escribiendo. El tercer volumen (titulado Stormbreak) continúa con las aventuras del lord general Coleman Stryker, el mayor Asheth Magnus y la mariscal Ashlynn d'Elyse (entre muchos otros) mientras combaten para liberar a Llael del yugo de la opresión khadorana. Lo que cambia es que vosotros, los lectores, tenéis la oportunidad de decidir el destino de nuestros héroes.
Sep, estoy escribiendo Stormbreak en colaboración con el Juego organizado de este año, y eso quiere decir que esta novela se dividirá en cuatro partes que presentarán cada evento de esta temporada. Su resultado determinará lo que pase en la siguiente parte de la novela. Por lo tanto, el destino de vuestra Facción favorita está en vuestras manos. Esperamos que se lance la parte uno muy pronto. Preparaos para ver el link en vuestras redes sociales.
Por supuesto que esto presenta algunos desafíos interesantes (y divertidos) para el autor. Normalmente, esto se trabaja así: se escribe un resumen de todo el libro de forma que cuando estoy escribiendo sé qué es lo siguiente que pasa. Sin embargo, esta vez estaré reaccionando a los resultados de los eventos de Juego organizado a lo largo de toda la temporada y escribiré la historia en base a esos resultados.
Creo que va a ser una pasada total y os diré el por qué: la trilogía Acts of War va de... bueno... guerra, y la guerra es algo cambiante y voluble, especialmente en los Reinos de Hierro. Así pues, estaré escribiendo en respuesta a los resultados de cada evento de liga, parecido a cómo un general mueve sus tropas y recursos en respuesta a las acciones del enemigo. Necesitaré estar alerta, y reaccionar de manera rápida y decisiva. Esto es bastante emocionante y creo que me pondrá en el estado mental perfecto para llevar a esta historia hasta su impresionante conclusión.
Sin embargo, no todo se dejará al azar. Tenemos una buena idea para el final la historia, pero es más una imagen general que cualquier otra cosa. El destino de cada uno de los personajes está en el filo de la navaja y me muero de ganas de ver cómo vuestras acciones les llevan por un lado o por el otro.
Así que eso es lo que va a pasar y si habéis leído las novelas anteriores (Flashpoint y Aftershock) puede que tengáis algunas ideas sobre cómo va a acabar todo (o quizás eso sea lo que creéis), pero, ¿y si no habéis leído los libros previos? Bueno, no será muy difícil seguir la tercera parte de la historia sin haberse leído Flashpoint y Aftershock, pero hemos incluido un poco de trasfondo que toca los puntos más importantes del argumento de los dos primeros libros.
O...
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Vale, entonces... empiezan los spoilers:
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Bajo el mando del nuevo Rey cygnariano, Julius Raelthorne, y su princesa prometida, Kaetlyn de la Martyn, la supuesta heredera del trono de Llael, el lord general Stryker y el Ejército cygnariano marchan hacia Llael, a la ciudad de Riversmet. Su meta es arrebatar la ciudad (relativamente indefensa) a sus opresores khadoranos y, luego, usarla como base de operaciones para la futura campaña en Llael que tendrá el objetivo final de liberar a la nación de la ocupación de Khador.
Para consternación de Stryker, su antiguo mentor, Asheth Magnus, un hombre que durante mucho tiempo estuvo considerado como un traidor a Cygnar, ha sido llamado a la corte por Julius Raelthorne y se le ha otorgado el rango de general del Ejército cygnariano. Peor aún: acompañará a Stryker en la campaña de Llael.
El Ejército cygnariano marcha sobre Riversmet y, tras una feroz batalla, toma la ciudad. Poco después, un ejército khadorano enorme dirigido por el gran príncipe Vladimir Tzepesci llega para recuperarla. Superados en número y en armamento, Stryker y el Ejército cygnariano luchan una batalla desesperada en la que todo parece estar perdido hasta que Asheth Magnus engaña a los khadoranos para que entren en Riversmet y utiliza un arma terrible y olvidada sobre ellos, destruyendo una gran parte de las fuerzas enemigas.
Los cygnarianos conservan Riversmet (aunque a un coste terrible), y ahora Stryker mira hacia el este, a futuras conquistas. Decide marchar sobre Rynyr y dejar una fuerza pequeña para mantener el control de Riversmet. Rynyr es una ciudad construida sobre un antiguo volcán y que usa su intenso calor para fabricar pólvora. Ahora, Rynyr es la fuente principal de pólvora de las fuerzas khadoranas de Llael, y Vlad cogió la mayoría de su guarnición para asaltar Riversmet, dejando vulnerable la ciudad y sus cruciales recursos. Así acaba Acts of War: Flashpoint.
Cuando Stryker llega a Rynyr descubre que ya está bajo asedio de las fuerzas de la Resistencia llaelesa, dirigidas por la mariscal Ashlynn d'Elyse. A la mariscal no le gusta Cygnar y rechaza la proposición de alianza de Stryker. Ella le pide a él y a su ejército que se vayan, aunque le da algo de inteligencia sobre la ciudad llaelesa de Elsinberg y cómo pueden ayudar a las fuerzas de la Resistencia de la ciudad.
Con la información de Ashlynn, Stryker asalta Elsinberg ayudado desde dentro por las fuerzas de la Resistencia. Toman la ciudad y, ahora, Cygnar ocupa dos puntos estratégicos de Llael. La victoria les dura poco, ya que el general supremo Irusk ataca la ciudad y empieza a bombardear Elsinberg con su artillería. La ciudad queda reducida a ruinas, destruyendo a la mayoría del ejército cygnariano y matando a miles de civiles inocentes. Derrotado y desorganizado, el ejército cygnariano se retira a Rynyr, dejando las ruinas de Elsinberg a Irusk.
Quedándoles solo una fracción de su ejército, Stryker y Magnus se reúnen con Ashlynn en Rynyr. La convencen de que Cygnar y la Resistencia se necesitan mutuamente, especialmente tras la destrucción de Elsinberg. Transige y les cuenta por qué están ella y sus fuerzas en Rynyr: planean asaltar una importante fortaleza que se encuentra en el corazón de la ciudad, una torre fortificada donde se encuentran los mecanismos que controlan el flujo de lava por Rynyr. La torre está defendida por una guarnición khadorana pequeña pero potente, dirigida por el formidable warcaster y komandante de asalto Strakhov. Ashlynn tiene inteligencia que le dice que Strakhov tiene a dos importantes prisioneros dentro la torre: el comandante de la Guardia del crisol, warcaster y aurum legate Lucas di Morray, y su esposa, la aurum omnus Alyce Mark.
Ashlynn, Stryker y Magnus urden un plan desesperado: sus fuerzas militares combinadas asaltarán la torre mientras que un pequeño grupo de asalto formado por un conjunto de guerreros de élite selectos (incluyendo a los tres warcasters) se infiltrará en torre e intentará rescatar a los prisioneros de la Guardia del crisol.
Las fuerzas de Cygnar y Llael atacan la torre, y Stryker, Magnus y Ashlynn consiguen liberar a Lucas di Morray y a Alyce Mark. Sufren pérdidas terribles y Strakhov, dándose cuenta de que ha sido derrotado, sobrecarga los mecanismos de la torre desatando la furia del volcán sobre la ciudad. Las fuerzas cygnarianas y llaelesas se retiran, y Stryker, Ashlynn y Magnus, junto con los dos prisioneros de la Guardia del crisol, consiguen escapar por los pelos de una muerte ardiente.
Quedándoles pocas opciones, lo que queda de los ejércitos cygnariano y llaelés se retiran de Riversmet, el último bastión que a Cygnar le quedaba en Llael. Saben que las fuerzas khadoranas les seguirán y que tendrán pocas probabilidades de volver a controlar Riversmet. Sin embargo, ahora tienen aliados nuevos, y Lucas di Morray promete cumplir su promesa ayudarles en Riversmet y en la campaña de Llael. Stryker se da la vuelta para volver a fortificar Riversmet contra el inevitable ataque khadorano mientras espera una ayuda que puede ser que nunca llegue. Así acaba Acts of War: Aftershock.
Y ahora, empezamos con Acts of War: Stormbreak...
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