No hay duda de que en el 605 AR se produjo un incremento drástico y alarmante tanto en la actividad como en los avistamientos cryxianos, los cuales resultarían ser solo el comienzo de cosas peores que aún estaban por llegar. Entre los que notaron antes esta escalada se encontraban los morridanos del Bosque del Espino y los umbreanos del sudeste de Khador y el oeste de Llael. En los campos de batalla más remotos y los dominios más agrestes de los lords umbreanos, los cryxianos empezaron a emerger y a saquear las tierras. Cuando se les enfrentaba, se retiraban a un laberinto de túneles que conectaban con los grandes necrofactoriums construidos por debajo del Bosque del Espino. Esta red de túneles, muchos de los cuales fueron construidos por una colmena de cephalyx que ya habitaba bajo el bosque, proporcionó a los cryxianos una flexibilidad tremenda a la hora de viajar por toda la región sin ser vistos, rapiñando cadáveres y otros materiales útiles allí donde las otras naciones se habían trabado en combate.
Para Cryx, cada campo de batalla era un recurso fértil y valioso. El frente de guerra situado a lo largo del borde norte del anciano bosque sirvió como una distracción efectiva para las privaciones cryxianas. Los principales filones de los necrotécnicos estaban allí donde había sucedido un combate, y los cuerpos yacían sin reclamar o enterrados con prisas bajo el barro y la tierra empapada en sangre. Esta cosecha de muerte eficientemente mecanizada era nueva e inaudita, y permitió a los liches de hierro y a los lords liches cryxianos producir en masa nuevos mecaniesclavos a un ritmo tremendo, creando ejércitos enteros aparentemente de la nada.
Por alarmante que fuese el desarrollo de estos acontecimientos, el potencial nigromántico de la región iba más allá que un simple (aunque amplio) suministro de cadáveres frescos. Los ocultistas más leídos sabían que la región situada entre Khador, Llael y Cygnar había pasado mucho tiempo empapándose de las energías de la muerte. A decir verdad, los mecaniesclavos eran los los materiales de guerra menos importantes de todos que se generaban aquí. Por todo Umbrey y el Bosque del Espino se habían sucedido incontables siglos de conflictos interminables y derramamientos de sangre que se remontaban al antiguo Reino de Morrdh, pioneros en la nigromancia mucho antes del Regalo de la magia, así como a la matanza desatada por el por el Imperio khárdico en sus intentos por subyugar el Anillo negro de Umbrey. En esta región estaban enterradas numerosas reliquias impías y túmulos malditos, las tumbas marchitas de los muertos sin descanso cuyos espíritus estaban vinculdos a Caen, retorcidos por el rencor y los agravios no olvidados.
De estos lugares de enterramiento, ciertos señores de Cryx habían podido saquear armas y recursos especiales, incluyendo cadáveres antiguos y poderosos capaces de convertirse en unos ruinas formidables. Es más, Asphyxious y otros de su cuerda experimentaron para convertir en un arma las energías latentes de la mismísima muerte, descubriendo métodos para extraer malevolencia de la tierra y transformarla en neblinas venenosas o en una corrupción capaz de contaminar los almacenes de grano. La manifestación más notoria de estos trabajos en el otoño del 605 AR fue la llamada Manchalunar, una enfermedad sutil que envenenó los almacenes de comida de toda la región. Los pensamientos y sueños de muchos de aquellos que consumieron esta ponzoña sin saberlo se corrompieron. Algunos cometieron actos terribles, volviéndose contra sus amigos o su familia al sufrir periodos impredecibles de locura vinculados con las fases lunares. Esta combinación de enfermedad y encantamiento dejó a mucha gente conmocionada y con su fe minada, ya que les parecía que no podían confiar en sus propias mentes.
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