¿Hay algo más gratificante que ver los resultados de tu duro trabajo a la hora de construir una comunidad local a partir de cero? En este Insider, el jugador de Warmachine Jeff Torrance narra sus experiencias a la hora de formar un club de juego en el extranjero.
Después de jugar en Australia durante muchos años me mudé a China en busca de lo más mercenario del mundo: más dinero. Cuando aterricé, no había mucho para elegir en materia de wargames. Desde aquel día, he encontrado a algunas personas que piensan como yo y viajamos a torneos grandes, como el del Beijing o el de Shanghai.
Mi colegio tiene un programa de extraescolares que enfatiza varios intereses, como el deporte, la robótica, los Legos, la cocina y cosas así. Después de que algunos estudiantes mostrasen interés en las miniaturas que pintaba en mis horas libres, decidí ofrecerlas como una actividad extraescolar. Este año, nuestro club está compuesto por ocho personas. Nos reunimos una vez a la semana después de las clases y durante la semana para echar partidas en la hora de la comida.
A lo largo de un par de semanas, empezamos usando solo las Battle Boxes y aprendiendo las reglas. Lo más lógico era que, para montar los ejércitos, siguiésemos las reglas de las ligas Journeyman, pero el tiempo tan limitado del que disponíamos hizo que solo llegáramos hasta los 30 puntos. Para la fiesta de despedida del programa de extraescolares, organicé un torneo ese domingo.
Después de jugar en Australia durante muchos años me mudé a China en busca de lo más mercenario del mundo: más dinero. Cuando aterricé, no había mucho para elegir en materia de wargames. Desde aquel día, he encontrado a algunas personas que piensan como yo y viajamos a torneos grandes, como el del Beijing o el de Shanghai.
Mi colegio tiene un programa de extraescolares que enfatiza varios intereses, como el deporte, la robótica, los Legos, la cocina y cosas así. Después de que algunos estudiantes mostrasen interés en las miniaturas que pintaba en mis horas libres, decidí ofrecerlas como una actividad extraescolar. Este año, nuestro club está compuesto por ocho personas. Nos reunimos una vez a la semana después de las clases y durante la semana para echar partidas en la hora de la comida.
A lo largo de un par de semanas, empezamos usando solo las Battle Boxes y aprendiendo las reglas. Lo más lógico era que, para montar los ejércitos, siguiésemos las reglas de las ligas Journeyman, pero el tiempo tan limitado del que disponíamos hizo que solo llegáramos hasta los 30 puntos. Para la fiesta de despedida del programa de extraescolares, organicé un torneo ese domingo.
Después de dos batallas encarnizadas, la Legión de Everblight salió victoriosa ante las fuerzas del Protectorado de Menoth. Khador consiguió ser el tercero en el podio tras ganar a Skorne (después de empatar a puntos de victoria y a puntos de ejército, el ganador se decidió tras un importante duelo de piedra-papel-tijeras).
Los chavales se lo pasaron genial y dimos algunos premios menores, como dados personalizados del colegio, medallas y tokens especiales de dote. En general, todos se lo pasaron a lo grande y aprendimos algunas cosas sobre la deportividad y la pintura... y, por supuesto, cómo echar demasiado pegamento en una miniatura y pegarse las manos.
Crear una comunidad de Warmachine y Hordes puede requerir una cantidad increíble de tiempo y esfuerzo, pero gracias a jugadores entregados como Jeff somos capaces de introducir a todo un grupo nuevo de jóvenes casters en el juego que tanto amamos.
Quién sabe: ¡quizás algún día veamos a algunos de esos novatos en la mesa de las finales del Iron Gauntlet!
No hay comentarios:
Publicar un comentario