Las Guerras fronterizas
Al rey Dmitry le sucedió su esposa, Cherize. La reina esperaba aprovecharse de la inestabilidad cygnariana surgida tras la ascensión al trono del rey Malagant. Su plan era tomar el norte del Bosque del Espino para ganar acceso al Río Negro, permitiendo a Khador interrumpir las rutas de comercio.
Cherize llegó a un acuerdo inusual con las tribus salvajes de tharns del Bosque del Espino (algunos de ellos, los últimos descendientes auténticos de los molgurs), incentivándolas a atacar Cygnar mientras que los ejércitos de Khador avanzaban. Los tharns demostraron ser unos adversarios formidables en este terreno tan familiar. Los cygnarianos dejaron a un lado sus diferencias para reunir un ejército capaz de enfrentarse a la invasión. Este fue el comienzo de un conflicto prolongado conocido como las Guerras fronterizas. La primera etapa terminó abruptamente cuando Cherize se desvaneció en el 295 dR. El rey Malagant murió a causa de una enfermedad dos meses después de la desaparición de Cherize.
La sucesión cygnariana derivó en una tormenta política causada por la muerte de Malagant, dejando al reino sin un rey durante doce años. A lo largo de este tiempo, la Asamblea real y varios líderes militares intentaron gobernar la nación, pero con escaso éxito. Khador mostró su rapidez para aprovecharse de la situación. Su propio periodo de sucesión había colocado en el trono a una reina que aún era una niña, pero apoyada por el ambicioso lord regente Velibor, quien gobernaba en su lugar. Viendo la debilidad de la posición de Cygnar, Velibor atacó el norte de Ord. Aunque algunos de los asaltos iniciales fueron rechazados por los robustos defensores órdicos, el Ejército khadorano recobró fuerzas y pronto empezó a ganar terreno con solidez. La corona órdica solicitó ayuda a Cygnar pero solo recibió un apoyo militar simbólico, ya que los cygnarianos estaban aún separados por su división política. Después de esto, Velibor desplegó un ejército más pequeño para atacar el este de Llael.
La guerra continuó durante varios años en los que los ejércitos órdico y llaelés fracasaron en detener el avance khadorano. El rey órdico Alvor Cathor I murió en el 301 dR, en la Batalla de la espada rota, mientras dirigía heroicamente una carga contra el enemigo. Los khadoranos presionaron y al año siguiente obtuvieron la mayor victoria de toda la guerra, tomando la ciudad portuaria norteña de Radahvo, a la que más tarde llamarían Vladovar.
Una de las maniobras más astutas de Velibor fue la de convertir una amenaza para el corazón de Khador en un arma con la que golpear a sus enemigos. En el 304 dR, una horda de bárbaros provenientes del norte salió de las montañas y los bosques con la intención de saquear las tierras de labranza fértiles del interior. Velibor se reunió con los líderes tribales y les convenció para atacar el sur.
Los bárbaros se volvieron contra Ord, sitiando a la ciudad fuertemente fortificada de Midfast. Velibor los usó como carne de cañón para cubrir su avance hacia lo más profundo de Ord. Los defensores órdicos fueron forzados a retroceder hasta una larga línea de abruptas colinas que se extendía al oeste y al este de Midfast, la cual había demostrado ser difícil de asaltar. Velibor, al ver a Midfast como el eje central de las defensas órdicas, esperaba aplastar la ciudad bajo la horda y seguir avanzando hasta la capital.
Midfast contuvo semanas a la horda mientras el número de sus defensores menguaba. El plan de Velibor casi tuvo éxito, y seguramente lo hubiese conseguido de no ser por la valiente defensa de un único soldado extraordinario: el capitán Markus Graza, oficial órdico y devoto morrowano. Este hombre cambió él solo las tornas y humilló a los caciques bárbaros del norte, consiguiendo el tiempo suficiente para que los refuerzos órdicos provenientes del sur echasen a los bárbaros del campo de batalla. Markus ascendió como el sirviente divino más reciente de Morrow después de morir a causa de sus duelos con los caciques, pero habiéndose asegurado de que su reino estaba a salvo. Al ver este milagro, hasta el Ejército khadorano se sintió obligado a abandonar el campo de batalla.
Las Guerras fronterizas continuaron durante ocho largos y sangrientos años. El Asedio de Midfast fue un punto de inflexión importante: Khador no consiguió avances significativos tras esa ofensiva y Velibor cada vez era más impopular en su país. Juliana, la Reina doncella, ocupó el trono cygnariano en el 308 dR y envió ejércitos para apoyar a Ord y a Llael. En seguida, Cygnar formó una alianza formal con Llael, y los soldados y warjacks cygnarianos pasaron a ser un espectáculo habitual en las últimas batallas de este periodo.
En el 313 dR, la reina de Khador, Ayn Vanar V, ya con la mayoría de edad, descubrió que Velibor y sus consejeros militares habían dejado las arcas del reino prácticamente en la bancarrota. Tras exiliar al antiguo Lord regente, puso fin a la guerra y pidió la paz.
Tiempos turbulentos
Esta paz intermitente aguantó casi ciento cincuenta años, hasta que las flotas khadoranas y órdicas chocaron en el 464 dR. Lo que comenzó siendo una disputa sobre piratería pronto se convertiría en la Segunda guerra de expansión, de cuatro años de duración, que involucraría a refuerzos de Cygnar y mercenarios de Llael.
Mientras tanto, la animosidad religiosa entre menitas y morrowanos que había estado fermentándose en Cygnar degeneró en un sangriento conflicto civil que partiría a la nación en dos. Los menitas habían visto cómo su influencia en la capital cygnariana se llevaba debilitando desde la época de los Gemelos, y habían sufrido deshonras y vejaciones infligidas por los monarcas de la época actual. La ira dio paso a motines públicos cuando, en el 482 dR, un líder carismático entre los menitas llamado Sulon convocó a los fieles para reunirse en el este de Caspia.
Decenas de miles provenientes de todos los rincones del reino se hermanaron en peregrinación. Cuando las masas se reunieron, Sulon se autoproclamó jerarca de la fe y, simultáneamente, tomó el control de toda la Caspia situada al este del río. Los fanáticos menitas mataron a cientos de centinelas de la ciudad empezando la Guerra civil cygnariana, la cual duró desde el 482 dR hasta el 484. Durante los combates, los menitas casi arrasaron los distritos fluviales de la orilla oeste de la ciudad. El destino de la capital de Cygnar pendía de un hilo hasta que Sulon cayó en batalla. Su muerte supuso un duro golpe para la moral de los menitas y abrió las puertas a la paz. Tras unas largas negociaciones que otorgaron concesiones a ambos bandos, se creó el Protectorado de Menoth, con la esperanza de acabar con la tensión religiosa.
A los menitas les cedieron una extensión de tierra al este del Río Negro y toda la mitad este de Caspia, a la que llamaron Sul en honor a su jerarca caído. Al Protectorado se le dejaría gobernar a su pueblo como creyese conveniente y sin interferencias del trono cygnariano, siempre y cuando aceptase que seguían siendo parte de Cygnar y cumpliese las leyes que imponían el desarme, así como el pago de impuestos.
Ruslan Vygor tomó el trono khadorano en el 499 dR y declaró que Khador era un estado menita. Medio loco (como poco), Vygor proclamó que era la reencarnación de Khardovic y planeó liderar una guerra contra las naciones morrowanas. Construyendo los cimientos para su conquista, Vygor empezó varias reformas militares e invirtió la riqueza de su nación en producir más warjacks de los que se habían fabricado jamás. En el 510 dR, mandó a la renombrada caballería khadorana a hostigar las fronteras de Llael, sabiendo que el acto atraería a Cygnar lejos de su auténtico objetivo. Al mismo tiempo, Vygor dirigió personalmente una fuerza todavía mayor compuesta por warjacks y todo el poderío de la infantería pesada de Khador directamente hacia el Bosque del Espino, esperando llegar al sur y tomar territorios clave cygnarianos prácticamente sin oposición. Los khadoranos atravesaron el bosque en línea recta, abriendo con fuego un camino de más de trescientos kilómetros de largo que llegaría a llamarse "Carretera de los warjacks". De no ser por la labor de los exploradores de Fellig que descubrieron esta columna, probablemente Cygnar hubiese caído ante el embate de un ejército khadorano no esperado y arraigado en lo más profundo de sus territorios.
Los soldados reunidos a toda velocidad de las ciudades y pueblos más cercanos se enfrentaron a los khadoranos en la Lengua del Dragón, mientras el ejército principal volvía de su marcha hacia la defensa de Llael intentando desesperadamente interceptar el avance khadorano. La Batalla de la Lengua, a principios del 511 dR, aún sigue siendo uno de los conflictos más sangrientos de la historia de la región, siendo la batalla individual en la que se han perdido más warjacks. La guerra terminó con la muerte de Vygor a manos del (por aquel entonces) archiduque Vinter Raelthorne II, quien sucedería a Malfast como rey de Cygnar en el 515 dR.
Tiempos modernos
Las décadas posteriores a la Guerra del Bosque del Espino han sido testigos de muchos cambios en los Reinos de Hierro. Las naciones abrazaron plenamente la industrialización, construyendo factorías y líneas ferroviarias por toda la región. Las dinastías que gobernaban los reinos darían forma a su entrada en la nueva era.
Con la muerte de Vygor la corona khadorana volvió a los Vanar, para el alivio de la gente de ese reino. Bajo el mandato de los Vanar, Khador empezó a experimentar cambios de verdad cuando una clase mercantil en ascenso llamada los kayazy ganaron influencia. Estos amasaron grandes fortunas y usaron su riqueza para impulsar la industria de la nación. La abolición de la servidumbre en el 549 dR también atrajo a muchos trabajadores pobres, aunque entusiastas, para que trabajasen en factorías recién construidas.
El rey Ivad Vanar mantuvo el trono durante treinta y ocho años de prosperidad sin precedentes. Cuando murió, la corona pasó su nieta, Ayn Vanar XI. Antes de su mayoría de edad, el gran empresario industrial y estadista Simonyev Blaustavya gobernó como regente. Aceptó la responsabilidad de dirigir no solo la nación, sino también de criar a su siguiente Reina.
La transición de Ord en un reino moderno llegó bajo la dirección de la dinastía Cathor, la cual había establecido el mandato más largo y consistente de esa nación. Aunque recelaban de las aspiraciones de Khador de reconstruir su imperio, los Cathor eran gobernantes cautelosos que mantenían una estricta neutralidad. Al final, la corona recayó en Baird Cathor II, un tercer hijo que nunca esperó ser rey. Muchos pensaban que Baird, jugador y un claro holgazán, traería la ruina a su nación. En vez de eso, demostró ser un rey tan astuto y sabio como ningún otro que se hubiese sentado en el trono órdico, estableciendo una red de espías extensa y tomando medidas para crear impuestos justos para las masas. Al igual que sus predecesores, Baird mantuvo incondicionalmente la neutralidad de la nación incluso en mitad de unas guerras terribles, comprometiendo a la armada solo de manera ocasional contra incursores cryxianos y manteniendo al ejército en reserva para defender sus ciudades y fronteras. Baird tomó medidas para modernizar Ord, aunque sus esfuerzos se veían obstaculizados por lo limitado de su tesoro y sus recursos.
Llael resultó tener menos suerte con sus soberanos, con una línea de reyes débiles e inútiles que serían responsables de una corte interna centrada únicamente en intrigas insignificantes. La familia Martyn se hizo con el trono en el 396 dR, pero no produjo grandes líderes. El último rey de Llael fue Rynnard "el Fructífero", quien gobernó más de treinta años y resultó ser popular y carismático, aunque no aportó reformas importantes. Rynnard se hizo principalmente famoso por su virilidad tras engendrar dieciséis hijos reconocidos con diferentes esposas, los cuales no hicieron nada para preservar su dinastía tras su muerte a causa de su avanzada edad. Los nobles llaeleses cayeron en una reyerta de planes secretos y todos los herederos conocidos de Rynnard fueron asesinados. El archiduque de Southryne y primer ministro Deyar Glabryn tomó el control en medio de este caos y se convirtió en el gobernante de Llael ante la ausencia de un rey legítimo. Astuto y despiadado, Glabryn jugó un papel clave en la caída de su nación.
Aunque el Protectorado de Menoth no tenía dinastías en su sentido más estricto, entró en la era moderna bajo la dirección firme de varios jerarcas visionarios, cada uno de los cuales acercó a la nación a asumir un papel mayor en los asuntos de la región. Lentamente, el Protectorado incrementó su industria y empezó a producir armas para equipar a un ejército permanente, a pesar de las prohibiciones contra tales medidas impuestas por Cygnar. Bajo el mando del jerarca Garrick Voyle, el Protectorado se convirtió en un reino realmente independiente.
Los Raelthorne de Cygnar produjeron una línea de reyes severos, aunque capaces, que fortalecieron su nación. Cuando el rey Vinter III falleció de forma sospechosamente repentina en el 576 dR, el mayor de sus dos hijos, Vinter Raelthorne IV, tomó la corona. Vinter resultó ser un paranoico y un tirano. Sus oponentes fueron silenciados e hizo desaparecer a los disidentes. Su paranoia dio lugar a la Inquisición, cuando transformó la discreta red de espías de su padre en un sistema despiadado de jueces y verdugos.
Los años centrales del reinado de Vinter estuvieron marcados por un aumento repentino de la actividad cryxiana, ya que Cygnar fue golpeada por una serie de asaltos en la costa conocidos como las Invasiones Scharde. Entre el 584 y el 588 dR, los barcos negros surgían de las brumas para mandar a asaltantes a masacrar y saquear aldeas y ciudades desprevenidas. Los cryxianos acabaron siendo expulsados de las costas de Cygnar.
Tras las invasiones, el trato hostil que Vinter aplicaba a su pueblo no hizo más que empeorar. Cuando los rumores de torturas y barbaridades a manos de la Inquisición persistieron, el hermano del Rey, Leto, se sintió impulsado a actuar. El príncipe Leto se puso en marcha para deponer a su hermano en el 594 dR, en una batalla rápida llamada el Golpe de estado del león. Derrotado y capturado, Vinter consiguió escapar antes de que se le pudiera someter a juicio. Tomando como rehén a la esposa de Leto, Vinter corrió a lo más alto del palacio y se hizo con el control de una aeronave experimental que estaba allí. Se escapó de sus perseguidores y los vientos le llevaron al este, hacia las Marcas Petrasangre. Leto se convirtió en rey y la siguiente década de su gobierno fue vista como una era dorada de crecimiento sin precedentes, inventiva mecánika y avance.
Aunque muchos creyeron que Vinter IV pereció durante su travesía hacia el este de las Tierras tormentosas, volvió al frente de un extraño ejército en el 603 dR. Cruzando las Marcas Petrasangre junto a un ejército de una raza salvaje conocida como skornes, Vinter demostró su ambición por recuperar su trono cuando atacó la ciudad de Corvis. Antes de que el Ejército cygnariano pudiese reunir fuerzas suficientes como para rechazar esta amenaza inesperada, otra parte intervino.
Las circunstancias exactas de la liberación de Corvis siguen sin estar claras para la mayoría, pero parecen implicar a una antigua profecía morrowana relacionada con una legión enterrada de mercenarios de la época del rey Malagant. Sacados de su sepulcro sagrado por una joven hechicera llamada Alexia Ciannor y su espada nigromántica, Fuego de bruja, esta legión de muertos combatió en las calles de Corvis contra los invasores skornes y acabó expulsándoles de la ciudad. Vinter IV sobrevivió y huyó de vuelta a las tierras del este con los restos de su ejército inhumano.
No sería la última vez que haría sangrar a Cygnar.
Fuego de Bruja, una gran trilogía de aventuras de rol, y germen de los Reinos de Hierro.
ResponderEliminar... y que aún no me he leído ^^U
EliminarMe parece un aventurón, aunque el sistema de tercera me repele. Pone el foco en Corvis, y mucha gente se quejó de que pocos lugares más podían ser "jugables" (por haber guerra por doquier).
EliminarPara cuando en 5ª? :D
ResponderEliminarEsta serie solo llegará hasta el 4, pero no os preocupéis que seguiremos a partir de ahí.
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